22 noviembre 2009

hechos de madera...

Anoche unos pocos -muy pocos para lo que se merece este hombre- disfrutamos en una pequeña sala de Valencia de la música de este joven australiano afincado en Madrid.
Mientras otros con seguramente mucho menos talento, ganan millones gracias al marketing que los convierte en estrellas, este chaval tiene que seguir con su trabajo de camarero para subsistir. Esta es la triste realidad de la música en este país...
Le deseo toda la suerte del mundo.


4 comentarios:

Hugo Serrano dijo...

Creo que él disfruta más la música que la mayoría...una vez entra el marketing el talento pasa a un segundo lugar.
Un saludo!

Isthar dijo...

Me temo que la calidad y el éxito sólo rara vez van cogidos de la mano. Ojalá no fuera así, y el talento se reconociera.

No sabía que eras de Valencia ;)

Isthar dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
el nombre... dijo...

Te agradezco, entrando aquí encuentro cosas muy interesantes, personas, artistas "tapados".
Este Aaron realmente me sorprendió! Hay tanto tonto haciendo música comercial que no me llega...
Gracias, por tanta belleza!