08 marzo 2007

dignidad

Ultimamente, por motivos de trabajo, vuelvo a frecuentar los bares -no se me entienda mal, en la hora del almuerzo o para comer-, y me encuentro todos los día, varias veces, con la misma escena. El chico negro, muy jóven, con aspecto temeroso, que entra cargado con su gran bolsa y se desliza silencioso por las mesas ofreciendo cds, dvds y todo tipo de cachibaches. Es una escena muy frecuente, en cualquier bar, a cualquier hora.
Pero lo más triste es que también es muy frecuente que mientras el chico permanece allí de pie mostrando sus productos, hay clientes que no se dignan ni a dirigirle la mirada, ninguneándolo como si no existiera.
Nadie se merece eso. El nivel más básico de la dignidad humana, la existencia, le es arrebatada; ignorarle es decirle: "no te dirijo la palabra ni te miro porque para mí no eres nadie".

No vamos a cambiar mucho su situación, ni siquera comprándoles sus productos, pero, al menos por mi parte, nunca faltará una mirada a la cara una sonrisa amable y un "no, muchas gracias".

Quizá nos deberían vender un poco de humanidad...... pero alguien la compraría?

8 comentarios:

Isabel dijo...

Totalmente de acuerdo contigo;creo que la amabilidad es algo que no cuesta dinero,vamos, que a nadie le va a suponer un gasto dirigirle la mirada y la palabra...
No lo entiendo,incluso los chicos que se ponen en los semáforos nos sonríen y son amables a cambio de nada...
Toda una lección.

Shh... dijo...

Me ha encantado tu post porque es una realidad que a mí siempre me choca.
Al fin y al cabo todos somos personas...
Muchas gracias por el post.
Mil besos...

Anónimo dijo...

Siento decirte que yo soy de las no les mira a los ojos y las que ya le dicen sin hablar que no necesito que me enguarren los cristales del coche y que no necesito pañuelos, que toda esa ayuda la doy con mi declaración de la renta.

Gwynette dijo...

Que hay más barato que una sonrisa y un: no, gracias.
Saluditos de alcachofa

Anónimo dijo...

Estoy totalmente de acuerdo contigo, y siempre, siempre, le atiendo con educación.
Pero claro, hay días que, como ayer al mediodía, una sólo quiere estar sola con su libro y en una hora de reloj tuve que ser educadoa catorce veces ... sí, has leído bien, catorce visitas CD o DCD en ristre tuve.

Isthar dijo...

Es cierto que en la mayoría de esos casos la forma en que los ignoran (A los que venden cualquier cosa, a los que tras tocar algo te pasan la mano, al que pide un cigarro..) ralla la falta de respeto, el total menosprecio.

No cuesta nada decir "No, gracias" o "No, lo siento" o lo que sea que se quiera decir, antes que convertirlos en invisibles.

La gente exige aquello que luego niega al resto, respeto.

Un abrazo

gemmacan dijo...

Hace unos días en un bar, entró un vagamundo anciano, pedía algo (para comer, beber o lo que el hombre pudiera hacer) uno de los clientes de la barra empezó a espetarle que se pusiera a trabajar y dejara de mendigar. Le hubiera partido la cara. Al de la barra, claro.
Besos.

Daniel dijo...

hola!... humm normalmente no comento post viejos disculpas, pero este me ha parecido muy interesante y más las opiniones que desperto.

Desde mi humilde punto de vista creo que es mas apreciable, sí se le puede llamar así, una reaccion de indiferencia que una sonrisa fingida, o peor aún algún mal gesto para el joven que vendia sus discos; al contrario de lo que pensamos para muchas personas una simple sonrisa (no tan simple como creeemos) es dificil de regalar, sin contar la hipocresia para con el joven por parte de aquella persona que se la diera. Si es legitima bienvenida (la sonrisa), por otro lado una muestra de indiferencia a mi parecer no le resta integridad al joven, no es menos persona, y para ser sinceros opino que le importa un bledo.

Si no te interesa no veo por que tengas que fingir que es así.

Sonrie :)

salu2